lunes, 23 de abril de 2012

¿Qué opinas del amor?

Eso me preguntó. Así, sin anestesia! y se quedó tan agusto la tía!
¿Qué opinas del amor?
Pues qué voy a opinar? el amor es lo más maravilloso que puede ocurrirte. Bueno, eso y tener un hijo, pero no me voy a poner más moñas, ni más realista! porque tener un hijo duele un montón y además es un dolor de cabeza que no se te quita en la vida!
Por dónde iba? ah, sí, el amor...
Yo soy de esas locas descerebradas e inmaduras que se enamoran una media de 5 ó 10 veces al día, pero eso no es el amor verdadero.
No voy a empezar a disertar sobre los tipos de amor porque todos sabemos de qué estamos hablando aquí: del amor que se siente por otra persona, y no precisamente por un familiar, aunque al final, todo es comparable.
Recuerdo que una vez me enamoré. De alguien que me correspondía, que eso ya es una suerte, pero era tan joven y tan inmadura que no supe apreciarlo hasta pasados unos cuantos años y unas cuantas experiencias. Después volví a sentirlo, en esta ocasión, por mi abuela. ¿Sabéis esa sensación de pensar que alguien pueda llegar a faltarte y te echas a llorar? te preguntas cómo será la vida cuando ella falte, y quieres atesorar en tu memoria todas esas palabras y momentos pasados con esa persona. Más tarde lo volví a sentir por mi hija. Realmente es un sentimiento de amor incondicional, el típico "daría la vida", pero es que en este caso es absolutamente cierto.
Pero sin lugar a dudas, el amor que me hace sentir más feliz, más realizada, más completa y con más fuerzas es el que siento por él.
Para mi el amor debe impulsarte a seguir, no por ti, sino porque la otra persona se merece que des lo mejor de ti. Cuando piensas que el tiempo que pasas con él nunca es suficiente, cuando "para siempre" se te antoja corto.
Pensar en la otra persona antes que en ti, organizar lo que haga falta para demostrarle por enésima vez lo que sientes. Cuidarle, preocuparte.
Tus planes pasan a ser nuestros planes. Su dolor, tu dolor, y consigue hacer surgir ese sentimiento maternal que te impulsa a querer cuidarlo como si estuviera desvalido.
Te empiezas a dar cuenta de que necesitas sus besos cada día y sus caricias forman parte de tus necesidades básicas.
Fantaseas con vivir tu vejez a su lado y de repente ya no tienes miedo de que tu cuerpo se aje y tu cerebro deje de funcionar como ahora, porque sabes que llegado el momento, la simple sensación de que está a tu lado, te sirve para sentirte feliz.

¿Que qué opino del amor? Que ahora que por fin lo siento, no quiero que se acabe nunca.